La gastronomía de Oropesa combina lo mejor de la tradición manchega y mediterránea

Humilde, sencilla y a la vez noble y palaciega, así se puede definir la cocina que se elabora en la zona toledana de la Campana de Oropesa.
Los pueblos de esta comarca gozaron de todo su esplendor cuando sus tierras eran regidas durante el Señorío y Condado de Oropesa, anfitriones ilustres que de alguna manera influenciaron el modo de vida culinario, ya que los señores feudales solían celebrar grandes banquetes caracterizados por la abundancia de alimentos que los cocineros de cada casa de la nobleza aportaban a sus platos.
Aunque no debe inducirnos a error esta opulencia, ya que el hambre fue una constante y temible compañera del hombre medieval.
“En Torralba nació el hambre, por Oropesa pasó, en Lagartera hizo noche y en Las Ventas se quedó.” En esta zona se podría decir que existen platos que adquieren denominación de origen, recetas culinarias emblemáticas que llegan a formar parte de su reclamo turístico.
Pero si se quiere conocer a fondo la cultura culinaria, tanto en el ámbito local como en el nacional, debemos conocer su historia, los pueblos que nos han ocupado y han dejado su cultura y su cocina (romanos, árabes, judíos) y por supuesto hay que conocer sus fiestas y sus tradiciones gastronómicas, ejemplo de ello en esta comarca se obtienen platos únicos que acompañan a los rituales culturales y sociales.
Haciendo un poco de historia, la alimentación de los habitantes de la Campana de Oropesa se basaba especialmente en el consumo de cereales, leguminosas y de los productos silvestres que ahora se buscan por el placer de salir al campo y que constituyen un amplio recetario en base a espárragos, cardillos, criadillas de tierra, ajo porro, setas, ortigas, tomillo, romero, orégano, hinojo, hierbabuena, granadas, higos, higos chumbos.
Y todos estos productos se complementaban básicamente con los productos del cerdo, que, como dijo Gregorio Marañón, “en época de hambre el cerdo ha salvado más vidas que la propia penicilina”.
En los hogares se sacrificaban al menos uno o dos cerdos por familia en la tradicional matanza de la que se obtienen los chorizos de bofe y culares y las morcillas que suelen ser de calabaza, y en la zona de La Estrella se elaboran de acelgas y de coles.
También es costumbre rellenar el estómago del cerdo con costillas y huesos adobados, lo que se conoce por el nombre de bondejo; en Herreruela persiste la costumbre “de abrir los bondejos en honor a su patrón San Idelfonso el 23 de enero”.
Muchos platos se obtienen de esta tradición, pero el más emblemático es la sopa de cachuela, la cual definen Néstor Luján y Juan Perucho como “un plato franco y directo, de una considerable violencia, algo así como una tremenda sopa, sangrienta y ritual, propia de los días invernales de matanza”. Otros platos con nombre sugerente son la carcamusa, la patiburrilla o la sangre encebollada.
Otra fiesta de referencia culinaria eran las bodas que antiguamente se celebraban en los pueblos de la Campana de Oropesa y que solían durar tres, cuatro y en algunos casos más días. El ceremonial y los productos utilizados eran comunes en toda la zona.
El plato tradicional era el suculento cocido y más recientemente gallina en escabeche o en pepitoria, dependiendo de la época del año.
La cena se hacía a base de guisado de carne estofada que preparaban admirablemente, sobre todo, las guisanderas de Lagartera, que tan buena fama tuvieron.
No faltaban durante estos días los tostones, las perrunillas y los mantecados que pueden ser de yema como se hacen en el Puente del Arzobispo y la sopa dulce de boda.
Una característica de la cocina de esta comarca toledana es sus platos elaborados con productos de la caza, afamadas son sus perdices al estilo de Oropesa, sus platos de conejo a la guardesa, sus estofados de jabalí o sus lomos o solomillo de ciervo a la crema de queso de la zona donde los fabricados en Oropesa y Herreruela están adquiriendo fama mundial.
Pero si por algo es conocida la gastronomía de la Campana de Oropesa es por su variada dulcería con raíces árabes y judías donde destaca el mazapán y la sopa de este, elaborada para la Navidad, las conocidas frutas de sartén: floretas, canutos, hojuelas, tarazón, cristión, roscas del candil, pestiños, frisuelos.
Dos postres muy genuinos son los sapitos o sapillos, un plato de aprovechamiento con ingredientes sencillos y con un resultado de categoría, y el contrapunto lo tenemos en la famosa tarta del Santo que salió de la cocina del Parador de Turismo.
Las torrijas de Semana Santa que pueden ser de leche o de vino, las puches del calbote, típicas del día de los Santos o los hornazos dulces y salados para la festividad de San Marcos.
Estos son algunos de los variados platos que componen este abanico de posibilidades que ofrece la gastronomía de la Campana de Oropesa y su Campo Arañuelo.
Los Postres

Como no podía ser de otra forma, para completar la agradable y relajada jornada por la comarca de Oropesa, nada como endulzar el paladar con los dulces de la zona. Desde la tradicional “Tarta de San Alonso“, un rico bizcocho de almendras de origen monacal, pasando por los dulces de sartén como suspiros, canutos o roscas de candil. Muy similares a estos son las floretas y mangos, aunque elaborados con masa de harina, zumo de limón y una cobertura de miel.
En definitiva, emprende un viaje gastronómico por la comarca de Oropesa en Toledo, y descubre hermosas villas como Torrico, donde disfrutarás de su riqueza natural, histórica y, por supuesto, culinaria.
Carnes y pescados típicos de Oropesa

Carnes de la comarca
Si las carnes de monte te apasionan, estás en el lugar indicado. La caza menor ofrece en estas tierras sabrosas piezas como, por ejemplo:
– La perdiz, que se prepara de muy diversas formas, como la tradicional escabechada o con piña.
– Platos de conejo tan deliciosos como la tortada de conejo al tomillo o la cazuela de liebre con setas del lugar.
– Siguiendo con las carnes, el cerdo es otro noble animal que esta zona sabe cuidar para elaborar platos de gran calidad y sabor, como los huevos fritos acompañados con la masa del chorizo sin embutir o los tan demandados huevos a la oropesana.
Pescados siempre frescos
Pero si prefieres el pescado, la comarca de Oropesa cuenta con una privilegiada localización que también te permitirá disfrutar de peces muy frescos, como la trucha, que llega desde las cercanas gargantas de Gredos. Las cocinas de la región saben tratar muy bien este noble producto, con esmeradas elaboraciones al momento para degustarlo siempre con la máxima frescura.